jueves, 19 de mayo de 2011

Autobiografía

Autobiografía lectora
Al remontarme a mi niñez, recordando experiencias que han influido en mí como lectora visualizo tres escenas. Escenas cargadas de afectuosas sentimientos, escenas que ayudaron a formarme, no tan solo como persona, como ser pensante, si no que también me formaron como docente.
La primera, es una escena que me daba tranquilidad, veo a mi mamá leyendo y mis hermanos y yo jugando tranquilos a su alrededor. Leia libros sin dibujos en su interior, los cuales consideraba “feos y aburridos”. Pero recuerdo sus tapas coloridas. Algunas veces le preguntábamos que leía y nos contaba de extraterrestres o de monjes budistas.
Otro recuerdo lindo es estar sentada con mi hermana, junto a mi abuela materna quien nos mostraba fotos de cuando ella era chica y nos contaba apasionantes historias de cada fotografía. Al mirar las fotos y escuchar sus relatos revivía cada escena como si estuviera yo también en esa época.
Esa experiencia influyó mucho en mí, me apasiona la fotografía, los dibujos y las pinturas de paisajes me hacen volar con la imaginación deduciendo qué pasará en ese lugar. Además, como docente y como abuela, siempre muestro fotos para motivar la imaginación, y me encanta ver como los niños se alegran imaginando distintos hechos en los paisajes que les muestro.
La última escena, y la que me formó ideológicamente, es también en la casa de mi abuela, quien tenía una gran biblioteca, o para mí lo era, pues era pequeña y me parecía inmensa. Los libros que allí había los leí jugando a la maestra con mis hermanos, “Lo se todo”, “Coríntellado”, revistas de historietas como “Dartañan”, “El Toni”, entre otros libros y revistas. Pero había un libro, “el libro”, que hasta hoy lo guardo como un tesoro. El manual de 5º grado Editorial Estrada, de mi mamá.
Libro que leí varias veces, sobretodo la parte de historia, lo que se sobre “Las campañas de San Martín” lo aprendí en ese manual. Tiene un vocabulario fácil de comprender, al igual que los mapas que acompañan las explicaciones. Por esas lecturas amo la historia argentina, y cuando tengo que enseñar a mis alumnos historia argentina se las cuento como si fueran un cuento de aventuras.
Por otro lado, otras de las lecturas que hice en ese libro, desde pequeña, fueron “El Plan Quinquenal” o “La razón de mi vida” entre otras cuestiones políticas del gobierno de turno. Esas lecturas son las que considero me formaron ideológicamente, las leí varias veces y nunca pude entender, comparando con otros manuales, que también guardo de distintas épocas, la influencia política que se hizo en el pensamiento de los niños. Siempre me preguntaba, y le preguntaba a mi mamá, quien con cara de sorprendida me trataba de explicar mis preguntas ¿Por qué era obligación saber el pensamiento de la Primera Dama de esa época? ¿Quién mandaba ella o el presidente? A partir de ese libro considero que la escuela no tiene que influir en el pensamiento de los niños o adolescentes.
A esta altura puedo decir que para mí leer es aprender a pensar, tener argumentos para poder explicar por qué se piensa lo que se piensa.

Belloni

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Literatura Infantil y Juvenil UNaM "Una Literatura de arte Mayor"

Ya lo Decía María Adelia Diaz Ronner "¿de qué trata la literatura para chicos? Pues ¡vamos al grano ya! Trata de muchas cosas que nunca están superpuestas: de las palabras y las multiformas que cada escrito les otorga. Porque la literatura trata del lenguaje de sus resplandores en pugna, si se me permite describir casi poéticamente el oficio de escribir. Aunque suene extravagante, en pocas ocasiones se ubica al lenguaje como el protagonista específico de una obra literaria infantil. ¿Por qué expreso esta hipótesis de lectura? Porque, en general, se plurirramifica el tratamiento de un producto literario para los chicos abordándolo desde disciplinas que distraen del objetivo —y la especificidad, en suma— de todo hecho literario: el trabajo con la lengua que cada escrito formaliza."